Maloquis da Silva:
El autor estaba pendiente por otras novelas que fueron reseñadas acá y muchas referencias. Pero fue justo éste libro el que cayó en mis manos y justo cuando debía. Me gustó mucho el autor, su prosa y sus personajes. Te cuenta como, donde y quienes se jugaban el cuero por sus derechos y libertades cuando estaban esclavizados por los explotadores dueños de las salitreras. Es una novela, cierto. Otra novela sobre otra revuelta de trabajadores, sobre injusticias sociales, sobre "indignados e indignos" como decía Galeano. La gestaron y la parieron las mujeres "revoltosas, levantiscas, sublevadas, indóciles, desmandadas" como hace 100 años, como hoy, como siempre, en muchas partes. Sus pájaros son una metáfora de 100 páginas. En "Desolación", en la pampa salitrera donde "ni los jotes sobrevuelan", donde hay una “hora maldita” en que hasta “la sombra se repliega sobre si misma y se ha escondido como bicho asustado", ahí, había germinado una semilla dejada por Belén de Sarraga a quien Chile le debe numerosos "Centros de mujeres librepensadoras" con su nombre. Aprecio que me recordara la masacre de la Escuela Santa María de Iquique que nos llega a través del tiempo en la desgarradora Cantata, magistralmente interpretada por Quilapayun, siempre dolorosa en la memoria, siempre inspiradora y oportuna, en la esperanza. Así es también, esta novela.
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