miércoles, 27 de agosto de 2014

SANTUARIO,William Faulkner

Esther Recio.
He terminado Santuario, una novela entre peculiar y bastante escabrosa. William Faulkner bucea en los aspectos más repulsivos y deplorables del alma humana, el contrabando de alcohol (prohibido en aquellos años en EEUU, pues la historia se centra en mitad, final de la Ley Seca), violaciones, asesinatos ... Faulkner tiene la habilidad de frenar en estos temas en el momento oportuno, sin abusar o regodearse en ellos.
Cuesta no sólo adentrarse en la trama sino también se complica seguir el hilo de la historia, cada detalle, cada personaje son fuertes y muy decisivos para llegar al desenlace de la historia.
Nos sitúa en mitad de la nada, en una casa que alberga una destilería ilegal, allí descubrimos a unos personajes más que peculiares, entre ellos, Lee, Ruby, y al enigmático, frío y calculador Popeye, este último te deja con una sensación de desasosiego, sientes su mirada pegada a tu propia espalda, haciéndote palpar el miedo desde las primeras páginas.
Una novela sin lugar a dudas muy recomendable, de gran intensidad y con un lenguaje bastante enriquecedor.

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