martes, 1 de enero de 2013

El arte de la resurrección, Hernán Rivera Letelier

Lidia Gorena:
 Terminé una preciosa novela, “El arte de la resurrección” de Hernán Rivera Letelier, la historia de un cristito que predica en el desierto del norte de Chile en las década del treinta, cuarenta del siglo pasado. Narrada de manera clara, sencilla y entretenida, con personajes tiernos como el profeta librepensador y su María Madalena (así, sin g), la prostituta generosa y beata. Historia también de mineros explotados, huelgas que se negocian con la patronal y el desierto como un personaje infernal, omnipotente. Vaya como muestra, sólo una de las máximas que el Cristo de Elqui supo predicar entre sus fieles:

"Buen remedio es para la soberbia del hombre volver la cabeza de vez en cuando y contemplar su propia mierda".


Rossana Cabrera:
 Me gustó, pero me gustó porque Rivera me sedujo antes con otros libros. Este tiene partes que me encantan, con su mundo absurdo y con la dulzura en los lugares más insospechados, y me gusta la forma en que ultimamente entiendo el chileno, que es bien diferente al rioplatense que hablo y al castellano que leo. Pero en su totalidad como que sí pero no, como que no logré encontrarle la cadencia que tienen otros ni las ganas de saber que pasa.
Para vida de las salitreras, prefiero con mucho "El fantasista" del mismo autor.
Y fuera del libro en sí, puesto que ganó el premio Alfaguara: es imposible que si alguno de los jurados había leído algo de Rivera Letelier no supiera que este libro es suyo. Eso del seudónimo puesto en el sobre, ja!! La forma de contar de este hombre, es imposible de confundir.


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