lunes, 7 de mayo de 2012

HIJOS DEL ANCHO MUNDO, Abraham Verghese.



Amelia Ruiz.
Terminé “Hijos del ancho mundo”, de Abraham Verghese y me ha pasado algo curioso con esta magnífica novela. Mientras la leía pensaba que estaba ante una de esas novelas destinadas a ser mi favorita y por supuesto a recomendarla. Pero al terminarla, no sé, creo que la historia que cuenta es poco creíble, los encuentros entre los personajes forzados y sus vicisitudes demasiado rebuscadas, pero hasta aquí los peros. Porque sigue siendo recomendable no tanto por la historia de los personajes, esos gemelos, cuya madre monja muere en el parto y su padre, gran cirujano desaparece abandonándolos, para ser educados en un hospital de Etiopía, sino precisamente por lo que cuenta de Etiopía, de su convulsa historia y sobre todo por sus descripciones médicas, que para los que no puedan soportar las descripciones detalladísimas de una cirugía abdominal, que se abstengan, pero para los amantes de la literatura médica, es de lo mejorcito que he leído nunca. Y mencionar también la denuncia que hace de la medicina para pobres en EEUU, que a través de ella me he enterado de algunas cosas, que bueno, ojalá no lleguen aquí. O sea que con alguna reserva, SÍ la recomiendo.


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