miércoles, 31 de agosto de 2011

MI PLANTA DE NARANJA-LIMA. José Mauro de Vasconcelos


Ha sido leído por varios miembros de tropa de libros y esto han dicho:

Yolanda Soriano Giménez.

He acabado “Mi planta de naranja-lima” de José Mauro de Vasconcelos. Es la historia de Zezé, un niño de cinco años que se sumerge en su inagotable imaginación y sus travesuras para escapar de la situación familiar, donde la infinita pobreza y los malos tratos están a la orden del día. A tan tierna edad, la vida le hará sufrir y tomar conciencia de la realidad, obligándole a abandonar la inocencia propia de la niñez.
Conforme vas pasando páginas, vas cogiendo cariño a este niño al que nadie presta atención más allá de sus travesuras, pero tan falto de cariño y comprensión que toma como amiga a una plantita de naranja-lima, con quien habla y se desahoga.
Es un libro tierno y duro por momentos. Y muy triste.

Rossana Cabrera.
Contaba Vasconcelos en una entrevista que leí hace años que ese libro tiene mucho de su propia infancia. Tiene una continuación: "Vamos a calentar el sol", que cuando lo leí, allá lejos y hace tiempo, no me gustó tanto como Mi planta de naranja-lima. He leído otros del autor, pero ninguno me llegó tanto como ese.

Maloquis Da Silva.
Me encanta este autor, y te recomiendo si quieres seguir adelante, "Rosinha, mi canoa" o "Confesiones de Fray Calabaza"." El palacio Japones" "Barro blanco" En las situaciones que plantea, tantas veces extremas, te llenan de ternura, por la forma en que las cuenta.

Marisel Barreto.
Me gustó mucho cuando lo leí hace años, pero me mató lo triste que es.


Gemma Pallas Bergua:
Otro con el que me tocó llorar. El dolor de los niños suele traspasar rápidamente los poros de las pieles más curtidas. Y Zezé es un diablillo de cinco años, con una capacidad de fantasear inmensa, con una inteligencia que le permitió aprender a leer solo, con unas ganas tremendas de ser querido... y que descubre el auténtico dolor, el del alma, demasiado pronto. Vasconcelos recrea su infancia con una ternura inmensa hacia el niño que fue y el cariño que despertó en él alguien que pasó por su vida y desapareció sin poder despedirse. Grande en su sencillez.



No hay comentarios:

Publicar un comentario